Primeros tiempos en la Casa Monsiváis para los Gatos Olvidados

Palabras clave
Fecha
Escrita por Editor

Primeros tiempos en la Casa Monsiváis para los Gatos Olvidados

Ya son casi cuatro semanas de que una parte de los pequeños felinos que forman parte de Gatos Olvidados AC, llegaran a habitar la Casa Monsiváis.

Sólo ha sido una parte de los gatos porque no se cuenta con la cerca, ni con los balcones ni terraza cerradas para que no puedan salir.

Los gatos que ya están en la Casa Monsiváis han pasado, en su mayoría, un período de depresión y susto, al desconocer el lugar. Naby, uno de estos felinos se la pasó cuatro días casi inmóvil, horrorizado por no entender por qué ya no estaba en el lugar a donde antes vivía. Muchos otros, como Mink, intentaron escapar, sólo que él, a pesar de ser delgado y de tamaño mediano, fue el único, que por su desesperación de salir del cuarto a donde le tocó estar, rompió la protección de malla de alambre que estaba en la ventana. Fue una madrugada de hace una semana cuando escuché ruidos, subí a ver y dos gatos estaban en la ventana. A ésta le habían quitado la madera para evitar que se recorriera, y habían recorrido la ventana y a su vez habían roto la malla de alambre. Al ver la enorme perforación y pelusa blanca en el alambre me horroricé. Mis ojos miraron el cerro ennegrecido y empecé a llamar a mis gatos, pensando que se hubieran salido. Ningún felino en el cerro apareció, subí a ver a los gatos que están amontonados de miedo y allí estaban todos, lo que me hizo pensar es que los gatos al ver la vastedad del monte desconocido les impidió arrojarse a él.

Otro de los malos sucesos en esta Casa in memoriam a Monsiváis, miembro cofundador de esta asociación, fue en la madrugada del 4 de junio. Ruidos se escuchaban, abajo del cuarto a donde estaba durmiendo. Se escuchaban que puertas abrían y tablas tiraban. Pensé que habían entrado a robar. Desde un día antes no había luz eléctrica y yo estaba sola. No estaba Leo, quien me ayuda de manera constante. No sabía qué hacer. No tenía nada para enfrentarme a la gente que hubiera entrado a la Casa. Decidí no bajar y quedarme con los gatos del cuarto a donde me había quedado a dormir. Pero minutos después un grito de un gato me obligó a bajar. Sólo tenía una lámpara que ese día el señor Héctor Lerín me había regalado. Al estar en la sala, me percaté que las maderas que habíamos puesto el señor Héctor y yo, horas antes, debajo de una puerta que no llega al piso, las habían quitado los gatos que había llevado un día antes. Y lo peor de todo, uno de los enormes gatos negros tenía metida su cabeza allí, atrapada entre el suelo y la puerta. Fueron minutos de desesperación. El gato parecía muerto, no había luz, y yo estaba sola. No sabía cómo romper la puerta…pero entre el gato, que aún no moría, y yo logramos que su cabeza saliera de su prisión.

Estos dos fragmentos de malas situaciones en la Casa Monsiváis tienen que ver con que no hay cerca. Los gatos están en cuartos y eso les causa desesperación, al punto de hacer cosas que podría afectarles sus vidas.

Y este, justamente es el motivo de que muchos de los gatos para los cuales está destinada esta Casa, aún no se hayan traído. Algunos de estos gatos, como Raí o Kochi siguen viviendo a donde antes yo vivía con ellos. Y es que estos gatos no podrían soportar estar encerrados. Les podría dar un paro cardíaco, se aventarían hacia las ventanas, gritarían, les pegarían a los demás y causarían desorden en el ambiente. Pero me preocupa que no puedo ir a diario a verlos. Sólo lo hago de dos a tres veces por semana. Además los Gatos de Taxqueña siguen en ese asqueroso y hostil lugar, porque la terraza no está acondicionada para tenerlos, y todo es por falta de dinero.

Para añadir otra mala situación. Nuni, uno de los gatitos más pequeños tiene una úlcera en el ojo. Ha estado en tratamiento pero no mejora. Ahora está con un especialista. Temo pierda su ojo.

                  Por otro lado, los gatos de la Casa Monsiváis necesitan urgentemente: arena (de costco o sams) croquetas (catchow o de kirklan), alimento enlatado de friskies, medicamentos como: cotsi pets, pipetas frontline (antipulgas), juguetes, camitas, cloro, cubetas, aromatizantes, lysol en aerosol, etc., etc…

Además, hay muchos gastos para el sostenimiento de la Casa Monsiváis, para eso se requieren donativos en dinero para pagar la renta y el sueldo del empleado.

Para que este proyecto, de la Casa Monsiváis para los Gatos Olvidados  marche se necesita el apoyo de mucha gente, sé parte de él.

Para donativos:  Claudia Vázquez Lozano

                               No. Cuenta: 1251909614   clabe: 012 180 01251909614 2  Bancomer